los intervalos en la noche.
Así cambian las palabras
en nuestra lengua de malas traducciones.
Qué mentirías si nunca te tuve como a una
y dos,
ya estamos fuera de tu curvatura.
Yo no oigo las voces de fondo
pero sé, que se vuelven ahora
más protagonistas que nunca.
Cuando tú y yo seamos,
seremos demasiado tarde.
(A la rojeta)