martes, 8 de marzo de 2011

rezo de la autocompasión

Hágase tu voluntad en la Tierra como en mis labios
no dejes que peque por pecar en cualquier marea
aunque piense que lo que veo es amor,
no caeré en el fondo
ni las miradas, ni las caricias
infortunios fueron del pasado
dame hoy, lo que no me sirva para mañana
retazos, recortes y memoria herida
he perdido el norte en el difícil rumbo de penumbra
escribir discordias como prensa barata y amarilla
escribir mi vida ahora sería mentir sobre la tuya
cartas que fueron de amor, ahora serán leyendas asistidas
velatorio inútil de amores que duran hora y media
diciembre, enero, febrero,
febril momento de agonía inconsciente
escribir escribiré, como un rezo de un credo evidente.

1 comentario:

  1. el quinto verso (empezando por el final) me ha traído a la cabeza la escena de "Un tranvía llamado deseo", en la que Stanley le quita a Blanche de las manos las cartas de su marido muerto.

    PD: en el chino de la esquina venden brújulas muy bonicas.

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