miércoles, 8 de diciembre de 2010

trstz

se ahogaba entre las sábanas. Escondido bajo la cama, pensaba que podría encontrar la solución. Dejar de pensar. Olvidarse del mundo que le rodea. El círculo era tan vicioso que se solapaba entre mentiras piadosas. Le dolía el pecho y se obligaba a vomitar su corazón entre calcetines y camisetas de sport. Ya no era quién, yo o cuándo lo que determinaba la confusión astral de nuestros miedos. Y la pena la sentía por sentir el deseo de desear estar con ella.
Olvidarse de ella era imposible, eso es lo único que sabía. Al igual que sabía que aquel era el peor regalo que podía recibir por Navidad. Ya no era capaz de pedir nada, porque lo que pedía ya lo había perdido.

2 comentarios:

  1. Hoy he llegado a casa con ese pensamiento... me encantaría poder ser un poco avestruz, meter la cabeza debajo de la tierra y borrar el mundo hasta que se pase el miedo, las ganas de llorar y las de desaparecer...

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  2. El amor y el desamor, ¿qué más podría añadir?

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